La Catedral De arcilla. Greda y grave, cal, arena. Y piedra, piedra, piedra, agua, yeso. Y de espalda tirante hasta el cerezo, hasta el tinto clavel, subió la pena. Ascendió porque sí, dócil, morena, y al falso del andamio, vino el hueso, a tributar su novilunio espeso ya fuera de los días y la almena. Así llegó el milagro que la dora, sin confesar quién la llevó al encuentro del amado, total, que la enamora. Y el que la alzó, oscuro, de su centro, si se quiere ignorar, o se le ignora, allí quedó, crucificado, dentro. Fuente https://internatural.blogspot.com/2019/12/dos-poemas-de-edilberto-cardona-bulnes.html
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